martes, 20 de diciembre de 2011

GOTA 2


En el norte de Chile se celebra en este mes (julio) la fiesta de La Tirana, una fiesta religioso-pagana que de religioso cada vez va perdiendo más, 
se llegan a reunir alrededor de 250.000  “fieles” de la virgen de La Tirana, que así se llama el poblado en medio del desierto de Atacama, y que 
el resto del año no alberga más de 100 almas.
Hace años, luego de esta fiesta me derivan una paciente de unos 38 años con una anconalgia Izq. similar a una epicondilitis. El examen era 
extraño, busqué dolor miofascial y no pude relacionarlo, revisé columna cervical y tampoco apareció nada fuera de lo común. 
La Rx. no aportaba nada.
 
• ¿Que ha estado haciendo los últimos días?
 Absolutamente nada
• Pero cómo nada?
Es que llegamos de La Tirana hace tres días, y en mi familia tenemos la costumbre que durante estas fiestas son mis vacaciones, mis hijos 
  y mi marido me atienden, así que no he hecho nada, ellos hacen todo.
• Si, pero yo he visto que quienes hacen esto, se llevan toda la casa arriba de un camión, con suerte dejan los ladrillos, a lo mejor en este trajín…
Usted todavía no me entiende, cuando llega el día, yo me siento en una silla en la vereda mientras cargan todo, y llegando allá me vuelvo a 
  sentar o voy a la iglesia mientras preparan todo, yo no hago nada.
Y si no ha hecho nada por casi dos semanas, porqué le duele el codo???
Yo he estado en La Tirana, qué he visto que pueda justificar esto??
Memoricé visualmente mi viaje a La Tirana tratando de ver el conjunto, hasta que entendí.
• Que comían en La Tirana?
Ah! Eso es lo mejor, hacíamos asados todos los días.
• Bien, vuelva donde su médico, que le hagan una uricemia.
(A lo anterior hay que agregar que como el agua es escasa y poco confiable, el consumo de gaseosas es alto.)
Salió casi en 8, le dieron tratamiento específico y se le pasó.
La gota es más rara en mujeres, lo que me hizo dudar, y una presentación en codo es también poco usual, lo bueno del caso es que el examen 
no confundió con otra patología, aunque a esa fecha yo ya había dejado de creer en las tendinitis.

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